Mi foto
La Plata, Buenos Aires, Argentina

sábado, 8 de agosto de 2009

Cuento terminal

Hay un cuento que no puedo terminar.

Una historia que es difícil de enterrar.

Hay un cuento que te nombra.

Que te escribe sin cesar.

Que te busca por las noches

aunque no te pueda hallar.

Hay un cuento atravesado

y una urgencia de expresar.

Hay una historia inconclusa

que no acepta su final.

Hay un cuento que atormenta.

Que desvela su soñar.

Se estira, se acorta,

se compacta y no se va.

Da vueltas, sube, baja,

cambia de formas

y vuelve a empezar.

Se canta, se grita, se odia,

se extraña y se vuelve a amar.

Hay un cuento que te llama

y se ahoga al respirar.

Hay un cuento que quisiera ser novela.

Lenta, descriptiva,

abierta y ambigua sin razón.

Hay un cuento detenido

en el tiempo del narrar.

Porque le aterra avanzar

y encadenar las acciones.

Hay un cuento sin final

que es urgente terminar,

para aliviar las tensiones.

Pero este cuento maldito

se aferra a la realidad

de un personaje perdido

al que quiere asesinar.

Es por eso que se enrosca

y se niega a terminar.

Es por eso que me llora

y no me deja pensar.

Hay un cuento necesario

para poderte olvidar.

Hay un cuento que me espera

y me llega a desesperar.

Hay un cuento que no se deja escribir.

Pues trata sobre morir

-o más bien- sobre matar.

Sobre matar ilusiones,

esperanzas, tu mirar.

Hay un cuento que te ama

y te asesina al final.

Como asesinan las penas

de una historia que se va.

Como asesina el recuerdo

de aquel abrazo falaz.

Como asesinan tus dudas,

tus misterios y tu paz.

Hay un cuento que me indigna

y necesito olvidar.

Como tu nombre y tus besos.

Como tu hechizo mortal.

Hay un cuento que esta noche,

disfrazado de poesía,

creyó poderme esquivar.

Pero ya lo dije antes:

es necesario acabar!

Con palabras, con un llanto,

con insomnio y sin puñal.

Esta noche, como sea,

no se me escapa el final.

Esta noche, como sea,

juro no volverte a nombrar!

Esta noche, sin excusas,

sin esperas ni quizás,

asesino tu recuerdo;

aunque me muera al final.

Hay un cuento que se esconde

sólo para hacerme mal.

Hay un cuento postergado

que ya no puede escapar.

Ya lo tengo entre mis manos.

Ya es un cuento y nada más.

Ya lo voy descuartizando:

Principio, nudo y final.

Me mira desconsolado

“no te quise lastimar”

Ya no importa lo pasado.

Es pasado y nada más.

Tus lágrimas no me conmueven.

Son mentiras. Una más.

Tu piel ya no me estremece.

Nunca fue mía al final.

Tu sonrisa que adoraba

se hizo burla, se hizo mueca.

Se marchita. Se desgasta. Se va.

Hay un cuento que se apaga,

que se calla, que agoniza.

Junto a él veo tu cara,

tu mirada y tus caricias.

Hay un suspiro profundo.

Hay calma y una llovizna.

Hay un rencor que camina

por una senda muy clara.

Se aleja, se eleva, se difumina.

Hay una paz que me invade

y una luz que me ilumina.

Hay un silencio en el aire

que me inunda y me apacigua.

Hay un aroma a jazmines.

Hay un cuento que termina.

Policromátik. (08-08-09)

1 comentario:

Natalia Busalino dijo...

muy bueno coca, me encanto! mandame mas!