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La Plata, Buenos Aires, Argentina

martes, 30 de noviembre de 2010

Desiertos

A veces siento las venas repletas de desierto. De ese mismo desierto del que se ha hablando tanto, pero más intenso cada vez. Raspa. No sé bien dónde, pero raspa. En el corazón. En la cabeza. Raspa saber que ya no hay Oasis disponibles, que es algo de todos los días. Que bebemos el desierto en el agua que tomamos. Raspa que la mayor parte del tiempo no lo notamos, no nos damos cuenta. 
Compartimos, disfrutamos, vivimos y de repente, somos arena. Somos la misma arena que siempre fuimos, sólo que de repente nos damos cuenta. Raspa. En la garganta. En la soledad. En el aire que respiramos. En las bocinas. En los diarios. Raspa pensar que pudimos haber hecho aquello que nunca hicimos y que ya no haremos. Raspa saber que no lo hicimos porque jamás supimos cómo hacerlo. 
También nos olvidamos de que somos desierto en el desierto y arena en la arena. Es lo que nos permite seguir construyendo castillitos a la orilla de nosotros. Hasta que la orilla raspa otra vez porque la ola que la delinea es otra ola de arena. 


Cony (30-11-10)

sábado, 27 de noviembre de 2010


Sacarle punta a un viejo lápiz negro
para delinear los ojos del futuro.


Cony (27-11-10)

viernes, 26 de noviembre de 2010

Parece que viajamos en autitos chocadores atados a los extremos del tiempo

Este fin de año se parece cada vez más a una curva estrepitosa del tiempo. Como si el tiempo fueran un montón de sogas con autitos chocadores atados en cada extremo. En el medio un imán y nosotros repartidos entre los autitos, algunos arriba y otros abajo. Suena la alarma y el imán se activa y los extremos del tiempo se juntan y nos sacuden y nos hacen chocar y damos vueltas y chocamos, y no entendemos nada, no entendemos que pasa, y seguimos, y de golpe todo se detiene, y somos felices, y reímos, y vemos que muchos se cayeron, y después cuando los queremos ayudar a levantarse el tiempo se sacude de vuelta, así, de golpe, de repente y arrancan los autitos, y es noviembre, y es diciembre, y seguimos, y chocamos, y nos sacudimos mientras nos reímos de felicidad porque somos felices, aunque todavía no dejamos de llorar la muerte del mes pasado y ya nos damos cuenta de que otro más se ha ido; y así siguen pasando los meses y los años. Y el año pasado fue igual, y así será el siguiente, y el otro, y otro más. El tiempo se está retorciendo sobre sí mismo cada vez más rápido, cada vez más violento, y fugaz, y cada vez más sobre nosotros, y nosotros no nos damos cuenta, o nos damos tanto cuenta que no lo queremos ni mirar.

Cony (26-11-10)

lunes, 22 de noviembre de 2010

Diálogos sobre el diván I (Cony Albarracín)

Paciente: Cada vez estoy más convencido de que el psicoanálisis y la literatura son como dos siameses que comparten el pulmón, por no decir los huevos que sería más verosímil para nuestro padre Freud, que en paz descanse...


Psicoanalista: “La suya es una soledad contemplativa (netamente romántica), a través de la cual el sujeto se pierde y se reencuentra en los vericuetos de las pasiones internas, sufre cuando quiere analizar lo que ve y llegar a la ´verdad´ pero no abandona el intento. En ese periplo la imaginación es el instrumento decisivo que le permite conocerse a sí mismo y llegar al fondo atormentado de su alma, y a la vez un vehículo ineluctable para conectarse con los sentidos más profundos de la realidad y con su prójimo.”

Nota: Para los Sherlock Holmes de la literatura, la página 25 de G.B. resuelve el caso de las comillas ;)

martes, 16 de noviembre de 2010

Antonio Machado

Yo voy soñando caminos
de la tarde. !Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
?Adónde el camino irá?

Yo voy cantando viajero
a lo largo del sendero...
- la tarde cayendo está - .
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece:
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".

Abrazo - Silvina Ocampo

a Jean-Paul Toulet
En un negro relámpago abrazados


un solo ser nos creemos ya mezclados,


en el mismo sudario de repente


los dos juntos nos vemos frente a frente.

(de Lo amargo por dulce, 1962)

lunes, 15 de noviembre de 2010

A mi infancia - Silvina Ocampo

Si pudiera llevarte de la mano
a ese lugar que más te ha ensombrecido
verías la alegría que ha existido
y lo maravilloso de antemano.


Si pudiera llevarte a ese lejano
lugar, donde sufriendo has aprendido,
te enseñaría aquello que has perdido
en temer, en mentir, en huir en vano.


Mas si no he de llevarte a sitio alguno
ni darte nada iré adonde tú quieras
me mostrarás tus juegos uno a uno,


tu persistente crimen, tus quimeras,
el precoz nacimiento de tus celos,
el incestuoso amor, en mis desvelos.

(S.O. en Amarillo celeste. 1972)