Cinco de la mañana. Un perro, en lugar de hacer sus necesidades se detiene media hora a contemplar a una paloma que se pasea por la vereda de enfrente.
De espaldas al perro, su dueña, en lugar de cumplir con las responsabilidades que la apremian, se detiene media hora a contemplar la conversación que dos grillos mantienen sobre el farol de su puerta.
Ella se divierte imaginando la charla. El movimiento de antenas, y las aclaraciones esporádicas de la grilla indica claramente que se trata de un cortejo que se le puso complicado al grillito, a la vuelta de algún baile.
Él (el perro), a su vez, entiende y acompaña el sufrimiento de la pobre paloma que desesperada busca un hueso bajo el árbol, o algo, lo que sea, para llevarse de la calle escondido en el pico a su cucha, sin que nadie la vea, antes de que otra vez su dueña la llame para volver a la casa.
Nota: Cualquier asociación con hechos reales es pura realidad.
Cony (2-12-10)
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